Cómo mejorar la relación, la pareja, el amor y el sexo entre signos

Cómo mejorar la relación de pareja:
Mujer del signo Virgo - Hombre del signo Cancer

El vínculo virginiana-canceriano tiene una buena compatibilidad amorosa. Pero no hay que dormirse en los laureles... si no se crean bases sólidas en esta relación desde el principio, cualquier problema puede desencadenar una crisis de pareja importante.

Desde el principio virginiana-canceriano sienten una pasión irrefrenable el uno por el otro. Lamentablemente esto que los unió puede ser el punto de quiebre de la relación porque, se preguntan, ¿qué pasó con esa pasión pasada? ¿ya no habrá amor? ¿realmente nos queremos?

Al principio la Virgo veía a su hombre casi perfecto. Con el tiempo puede que se desilusione un poco, pero debe entender que no hay hombre perfecto y la gente tiene defectos, ella los tiene también.

El hombre de Cáncer busca una mujer pasional, lamentablemente muchas mujeres de Virgo no lo son tanto. Es bueno no ser egoístas en la cama: el placer está en dar y recibir, en todos los sentidos que la imaginación y las fantasías puedan concebir, pero siempre disfrutando de a dos. Si mantienen esa chispa inicial, donde se daban placer mutuo, la pareja está garantizada por muchos años más.

Increíblemente él es más tierno que ella; probablemente por su género masculino intente disimular un poco esto, pero al final, es un hombre que necesita más afecto que la Virgo. Si él no da cariño, probablemente significa que ya no quiere a su mujer.

Otro problema que puede surgir, especialmente en las relaciones virginiana-canceriano largas, es huirle o negar los problemas. Esto es más usual en él, pero ella no se queda atrás; muchas veces ella calla el problema real y puede estallar en cualquier otro lado y por cualquier otro motivo. Es importante sincerarse mutuamente, como bien dice la popular frase, el primer paso para resolver un problema es admitirlo.

También es importante que el canceriano respete la independencia de la Virgo. Es cierto que es su pareja, pero la mujer no es su objeto, no puede hacer con ella lo que quiera. Por tanto es fundamental que se hable y mucho. Deben establecerse los límites en la relación: qué está permitido y qué no.